Mascarilla y limpiador de frijol mungo: limpieza natural para rostro y cuerpo

El frijol mungo, también conocido como Vigna radiata o “mung bean”, ha sido utilizado durante siglos en la medicina tradicional china y el Ayurveda indio no solo como alimento depurativo, sino también como tratamiento natural para la piel. Usado en polvo, limpia, calma, suaviza y renueva tanto el rostro como el cuerpo, sin resecar ni alterar la barrera cutánea.

Origen y tradición ancestral

• En la medicina china, se aplicaba en forma de pasta para calmar sarpullidos, acné, quemaduras solares o piel irritada.

• En India, forma parte de los ubtan, mezclas herbales que se usan para limpiar y embellecer la piel desde la infancia.

• Se considera refrescante, purificante y seguro para todo tipo de piel, incluso sensible.

¿Para qué sirve?

El polvo de frijol mungo tiene múltiples usos cosméticos según cómo lo prepares:

• Mascarilla facial y corporal: purifica, calma y mejora la luminosidad.

• Exfoliante suave: elimina impurezas sin irritar.

• Limpiador diario: sustituye al jabón, sin resecar ni alterar el pH.

• Tratamiento corporal ayurvédico: se usa en todo el cuerpo para suavizar, limpiar y equilibrar.

Beneficios para la piel

• Limpia profundamente sin agredir

• Reduce puntos negros e imperfecciones

• Calma irritaciones, enrojecimiento o brotes

• Mejora la textura y unifica el tono

• Aporta suavidad y aspecto saludable

• Apto para rostro y cuerpo, incluso zonas sensibles

Cómo hacer la mascarilla tradicional

Ingredientes:

• 1 cucharada de polvo de frijol mungo (molido fino)

• 1 cucharada de agua purificada o hidrolato (rosas, lavanda, hamamelis…)

Pasos:

1. Mezcla el polvo con el líquido hasta obtener una pasta cremosa.

2. Aplica sobre la piel limpia del rostro o cuerpo, evitando el contorno de ojos.

3. Deja actuar entre 10 y 15 minutos. Si tu piel es sensible, no dejes que se seque completamente.

4. Retira con agua tibia, masajeando con movimientos circulares suaves.

5. Finaliza con un tónico natural e hidratante.

Variaciones tradicionales

• Piel grasa o con acné: añade unas gotas de zumo de limón o agua de hamamelis.

• Piel seca o sensible: mezcla con yogur, miel o leche vegetal.

• Efecto iluminador ayurvédico: añade una pizca de cúrcuma y miel cruda.

• Exfoliante corporal: mezcla con leche vegetal y aplica con masajes circulares en la ducha.

Frecuencia de uso

• Mascarilla facial: 1–2 veces por semana

• Limpieza diaria: usar como limpiador suave por las mañanas

• Exfoliante corporal: 1 vez por semana, en zonas como espalda, escote o piernas

Advertencias

• Haz una prueba en el antebrazo antes del primer uso.

• No aplicar sobre heridas abiertas ni quemaduras activas.

• Si mueles el frijol en casa, tamízalo bien para evitar partículas gruesas.

• No frotes con fuerza; el masaje debe ser suave.

Conservación

• Guarda el polvo en un frasco de vidrio o metal, bien cerrado, en lugar fresco y seco.

• Si es casero, lo ideal es usarlo en 2–3 meses.

• Si es comercial y sellado, puede conservarse hasta 12 meses.

¿Dónde comprar frijol mungo o su polvo?

• Frijol mungo entero: en tiendas asiáticas, herbolarios, mercados a granel y supermercados ecológicos.

• Polvo listo para uso cosmético: en tiendas ayurvédicas, plataformas como Amazon o iHerb.

• Busca opciones que sean 100% puras, sin perfumes ni aditivos.

• Si lo haces tú, usa un molinillo limpio y tamiza bien para obtener una textura fina y segura.

Conclusión

El frijol mungo es un aliado versátil, económico y eficaz para el cuidado de la piel. Usado como mascarilla, limpiador o exfoliante, respeta el equilibrio natural de la piel mientras la purifica, suaviza y revitaliza. Tanto para el rostro como para el cuerpo, es una joya de las tradiciones asiáticas que vale la pena redescubrir.